THE RISING OF THE SUN

                                                                   Arthur Dove

 Miguel Delibes nos regala esta descripción de una puesta de sol en su última obra maestra dedicada a su querida Valladolid

“El sol se ponía en la llanura como en el mar. Se desplomaba sobre la línea del horizonte y éste empezaba a roerle por la base, en un crepúsculo incendiado, hasta terminar devorándolo. Las nubes, blancas hasta entonces, se tornaban color albaricoque al ocultarse aquel.”( “El hereje”, Miguel Delibes)

Desde The way to innisfree te animamos para que nos envíes algún fragmento de un libro que te emocione especialmente. Atticus quiere conocer los libros  que os apasionan.

Y como en the way to Innisfree nos gusta asociar las artes, porque no recordar a propósito de la salida del sol, “The house of the rising sun”( La casa del sol naciente), también conocida como “Rising Sun Blues”, de autor desconocido, que cuenta la peripecia de alguien que no ha tenido fortuna en Nueva Orleans ( Louisiana), donde naturalmente se encuentra la casa del sol naciente.

Míster Eric Burdon y sus “animales” la interpretaron de forma memorable en 1964. Suena ese acorde legendario y el sol de la música ilumina nuestras cabezas y nuestros corazones. Hoy Atticus os quiere hacer partícipes de su entusiasmo por este pedazo de hit, disfrútenlo…

THERE IS A HOUSE IN NEW ORLEANS,
THEY CALL THE RISING SUN.
AND IT’S BEEN THE RUIN OF MANY A POOR BOY,
AND GOD I KNOW I’M ONE.

MY MOTHER WAS A TAILOR,
SHE SOLD MY NEW BLUE JEANS.
MY FATHER WAS A GAMBLIN’ MAN,
DOWN IN NEW ORLEANS.

NOW THE ONLY THING A GAMBLER NEEDS IS
A SUITCASE AND A DRUM.
AND THE ONLY TIME HE’LL BE SATISFIED
IS WHEN HE’S ON THE DRUM.

OH MOTHER, TELL YOUR CHILDREN,
NOT TO DO WHAT I HAVE DONE.
SPEND YOUR LIVES IN SIN AND MISERY
IN THE HOUSE OF THE RISING SUN.

WELL I’VE GOT ONE FOOT ON THE PLATFORM,
THE OTHER ON THE TRAIN. I’M GOING
BACK TO NEW ORLEANS
TO WEAR THAT BALL AND CHAIN…..

THERE IS A HOUSE IN NEW ORLEANS,
THEY CALL THE RISING SUN.
AND IT’S BEEN THE RUIN OF MANY A POOR BOY,
AND GOD I KNOW I’M ONE.

HAY UNA CASA EN NUEVA ORLEANS
QUE LLAMAN «EL SOL NACIENTE»
Y HA SIDO LA RUINA DE MUCHOS CHICOS POBRES
Y DIOS SABE QUE YO SOY UNO DE ELLOS.

MI MADRE ERA SASTRE
ELLA COSIÓ MIS NUEVOS BLUEJEANS
MI PADRE ERA UN JUGADOR
AHÍ EN NUEVA ORLEANS.

AHORA, LA ÚNICA COSA QUE UN JUGADOR NECESITA
ES UN PORTAFOLIOS Y UN TRONCO
Y EL ÚNICO MOMENTO EN QUE ÉL ESTÁ SATISFECHO
ES CUANDO ESTÁ BORRACHO.

OH MADRE DILE A TUS HIJOS
QUE NO HAGAN LO QUE YO HE HECHO
GASTAR SUS VIDAS EN PECADO Y MISERIA
EN LA CASA DEL SOL NACIENTE.

BUENO, YO TENGO UN PIE EN EL ANDÉN
EL OTRO PIE EN EL TREN
VOY DE VUELTA A NUEVA ORLEANS
A USAR ESA BOLA Y CADENA.

BUENO, HAY UNA CASA EN NUEVA ORLEANS
LA LLAMAN «EL SOL NACIENTE»
Y HA SIDO LA RUINA DE MUCHOS CHICOS POBRES
Y DIOS SABE QUE YO SOY UNO DE ELLOS.

18 pensamientos en “THE RISING OF THE SUN

  1. Siguiendo con las descripciones aquí dejo una de mis favoritas, la que hace, a través de los ojos de un chaval, Luis Landero en «El guitarrista»:
    <>.

  2. Escuchaba con mucha intensidad, ladeando la cabeza y entornando los ojos, y suspendiendo el cubierto en el aire, con una mirada incisiva y casi escrutadora. Quizá por eso parecía que participaba mucho en la conversación, pero no: en lo que participaba mucho era en el silencio. Y de vez en cuando se distraía, se concentraba en el plato y se dejaba el mechón caído por la frente. Entonces yo aprovechaba para observarlo. Tenía las manos largas y delicadas, y los dedos de la mano izquierda sucios de nicotina. Eran unas manos nerviosas, que a veces le temblaban un poco y que al coger los objetos parecía que iban primero a tantearlos, con esa avidez titubeante que suelen tener algunos ciegos. De tarde en tarde, parpadeaba muy deprisa, y al mismo tiempo arrugaba la nariz y la boca, pero sin que aquel movimiento llegara a ser un tic. Yo me fijaba en su manera profunda de callar, en cómo el silencio lo rodeaba y casi lo anegaba, como el mar a una roca, lamiéndolo, ocultándolo, mostrándolo de nuevo.

  3. El gran Delibes, uno de mis autores favoritos. De sus libros el que más me gusta es «La hoja roja» , seguro que lo has leído. Destacaría de Delibes su forma de crear personajes y su habilidad para utilizar el diálogo… Grande!

    • Si, grande, muy grande, también es uno de los escritores favoritos de Atticus, no valorado suficientemente. A juicio de Atticus podría haber optado al Nobel, pero bueno, por ejemplo Galdós tampoco lo tiene.
      «La hoja roja», podría ser su mejor libro, o «Mujer de rojo sobre fondo gris», «El camino», «Las ratas»,…, Don Miguel, ante todo es un colosal creador de personajes, Eloy, Azarías, Paco » El bajo», el Nini, Germán «El tiñoso»,…, y un maestro en la utilización del lenguaje sin parangón. Como ves coincido plenamente en tus apreciaciones.

  4. Es difícil escoger un fragmento, hay tantos buenos y que traen tan buenos recuerdos…Yo me quedaría ahora mismo con, más que un fragmento, un cuento o «short story», se trata de «Araby», que pertenece a «Dubliners», obra de James Joyce.
    El cuento es una oda minimalista a la pérdida de la inocencia, con ese ambiente irlandés decadente que tanto le gustaba a Joyce, en fin, te dejo el link a la historia, seguro que hay alguna traducción buena por ahí, pero casi nunca encuentro una que me convenza.

    http://ebooks.adelaide.edu.au/j/joyce/james/j8d/chapter3.html

    • Gracias por tu aportación I., leí «Dublineses» hace tiempo, y no estaría mal revisarla. Si no la has visto, te recomiendo «Los muertos», la película de John Huston basada en la obra, la última del genial director, de la que recuerdo un tono crepuscular que emociona.

  5. excelente.. me parece un arte y una caricia al alma tu exposicion.. no hay sitio en el que el sol no pueda llegar, cuando el alma esta plagada de esperanza.. abrazooos

    • Me encanta la cita, Chelo, porque va con la intensidad del maestro Dostoievsky. Hace nada y al hilo del sentido de la frase leía el discurso de inauguración de una biblioteca por Federico García Lorca, que seguramente habrás leído en la que reclamaba «medio pan y un libro», como metáfora de la necesidad de cultura de la sociedad, y reclamaba también a Dostoievsky como paladín de la revolución por encima de Lenin. Gracias por recordárnoslo, Chelo, ¡un beso!

  6. «…La marea de los libros, su silencio en la noche, su olor a engrudo y memoria, esa sustancia de celulosa y oro que rodea y limita ya mi vida. Cómo escapar a los libros. Son el enladrillado de mi alma. Para no verlos, para no sentirlos, abro un libro y leo.»…(Francisco Umbral, Mortal y Rosa)

    • Jo, gracias Chelo por tanta belleza. Además refrescas la memoria a Atticus que es de los libros que tiene pendientes, de momento anda con Juan Preciado «Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.» Besos de fin de semana, que son más dulces.

Replica a Arpon Files Cancelar la respuesta